A veces quiero escribir (mucho) pero veo que hay unos blogs tan bacanes que ya me da lata escribir en el mío y prefiero leer los de otros.
Bueno filo. Son las cuatro de la mañana de un día en el que podría estar feliz tomándome una piscola mientras bailo (lo más probable) pero aquí estoy, viendo películas y con unas divagaciones medias freaks.
Me encanta la fotografía, no entiendo porqué no estudie eso mejor, si siempre fue una opción. Ahora está más que postergada para unos cuantos años. Que lata, me estoy perdiendo las mansas fotos.
Por eso mismo que veo tantos flickrs de gente que tiene fotos cuáticas. EL otro día encontré a una gringa con unas fotos descaradas. Me dieron ganas de ser su amiga y pasar así a ser su modelo de trajín.
Que rabia los jotes que hacen notar sus hormonas revolucionadas por uno, pero que no hacen nada más que quedarse en esa etapa puberta de invitar a salir y nunca hacerlo real. Losers.
Que será del Zafrada?
Que ganas de comer pizza, sushi, donuts, sopaipillas, lasaña, lechuga y puré (estuve enferma de la guata, por eso el antojo)
Que bacán sería irse a mochilear sola. Pero puta, es muy brígido. Siempre está la posibilidad de ser violada por un camionero mal intencionado y sucio. Que injusto que a los hombres no nos limite eso. Si yo fuera hombre sería un loquillo (como karol dance, pero no tan exactamente)
Voy a llamar a alguien y decirle que nos juntemos en la semana. Así nomás, corta. Para que tanto atado? si las cosas son simples. Si me dice que no...creo que nunca más llamaré.
"El que se rie solo de sus maldades se acuerda". Pucha si (así es el dicho?) Siempre me pasa en la micro, o cuando voy caminando sola. A veces me acuerdo de las tallas de mis amigas, o de lo ridícula que soy a veces, o de lo coquetos que son algunos y de cómo me contagio.
Hoy día vi un video en youtube de Música Libre (ese programa del 13 versión 2.0) y me acordé de lo tanto que yo quería salir ahí. Tenía como 13 años creo y no me lo perdía por nada del mundo. Quería ser parte de ese elenco, con esos niñitos tan bonitos, usar poleras cortitas como esas niñas y bailar y sonreír a la cámara. Pucha, fue mi sueño frustrado. Pero en ese tiempo vivía en Arica aún, así que prefiero creer que fue una cosa de kilómetros lo que limitó mi salto al estrellato. Si no capaz que hubiera terminado una Maura cualquiera.
El Transantiago sigue los movimientos que uno hace con la bip. Sabían? Yo supe hace poco. Mi tomo una micro que sube y después, dentro de las dos horas, tomo una que baje, me cobra. Que loco.
Ayer fui a un carrete donde habían unos futuros doctores más volados que Bob Marley. Eran muy chistosos, nosé si por el efecto weed, pero me reí mucho. Uno quería ser pediatra, y me lo imaginé altiro en su consulta llena de colores y juguetes entreteniendo a sus futuros pacientes. Que dulce. Justamente ese era el más loco de todos. El mismo que encontró un acordeón entre los cachureos de su casa, y como quería aprender a tocarlo, empapeló Américo Vespucio con papeles que decían "se necesitan clases de acordeón. Llámenme al xxxx" Me habré reído fácil unos 3 minutos sin parar.
domingo, 13 de junio de 2010
miércoles, 9 de junio de 2010
martes, 8 de junio de 2010
Hay mucha gente en esta ciudad. No hay ningún lugar donde no haya gente. En la calle, en la micro, en el metro, en las carreteras, en los malls, en los bancos, hasta en los baños ¡siempre hay gente!
Me gusta el cholerío, porque puedo mirar y entretenerme. Fijarme en que hacen, con quien andan, como visten y hasta como hablan. Así espío un poco y me hago un día loca de sus vidas. A veces le achunto, a veces no.
Tanta gente me entusiasma, me activa. Es como estar en una selva que aunque creas ser la única observando ese paraíso, estás rodeada de muchos seres que al igual que tu observan. Todos son diferentes, todos tienen su propia historia.
Algunos creen que porque hay mucha gente en tu vida estás muy bien acompañada. Muy feliz, nunca sola. No es tan así.
Porque aunque todos sean diferentes, estos se confunden. Como si entre todos nos mezcláramos y nos hiciéramos uno. Uno que finalmente se queda solo. Solo entre un montón.
Me gusta el cholerío, porque puedo mirar y entretenerme. Fijarme en que hacen, con quien andan, como visten y hasta como hablan. Así espío un poco y me hago un día loca de sus vidas. A veces le achunto, a veces no.
Tanta gente me entusiasma, me activa. Es como estar en una selva que aunque creas ser la única observando ese paraíso, estás rodeada de muchos seres que al igual que tu observan. Todos son diferentes, todos tienen su propia historia.
Algunos creen que porque hay mucha gente en tu vida estás muy bien acompañada. Muy feliz, nunca sola. No es tan así.
Porque aunque todos sean diferentes, estos se confunden. Como si entre todos nos mezcláramos y nos hiciéramos uno. Uno que finalmente se queda solo. Solo entre un montón.
sábado, 6 de marzo de 2010
Sacudida Nacional
La tierra se movió y dejó a todos llorando. Algunos durmiendo, otros carreteando, todos lo sufrieron igual. Es que además de las interminables réplicas, difícil era poder continuar con lo que se hacía en el momento. Ya de día, se supo la verdadera gravedad del asunto, algo que a nadie dejaba indiferente. Casas derrumbadas, ciudades enteras en el suelo. El mar también participó y dejó en claro que con él no se juega.
"Perdimos todo" se escuchó muchas veces y aún se escucha, porque este ha sido el tema constante durante toda la semana, y lo será durante unos meses más. Sin duda.
En las noticias se escuchaba decir "saqueos" y uno entre que entendía y entre que no, se preguntaba ¿están saqueando? Claro, porque entre tanta desgracia, no cabe que haya gente mal intencionada. Porque robar leche para alimentar a la guagua se entiende, pero a ¿quien alimenta una secadora, un plasma, unas botellas de cerveza?
La gente entró en desesperación, se entiende, pero ¿y el sano juicio? Esto no es mas que bandalismo. Ahora que creen que se va a acabar el mundo, solo piensan en sí mismos. Que inconciente. Y por esto llegaron los militares a la calle. Después de tantos años, aunque muchos no lo querían, pero entre tanto caos e histeria colectiva, se hace necesario.
Después de todo, los militares son los únicos temidos en este país de "achorados".
Los periodistas marcaron la nota alta. Recién terminado el festival y ya estaban en el sur informando a todos sobre las reales consecuencias. Si no fuera por ellos nadie tendría la real imagen de nuestro actual país. Día y noche informando, con esas caras de cansancio, sueño y también de miedo, porque mientras ellos trabajan informando, las réplicas continúan, y sus familias en Santiago esperando que nada terrible vuelva a ocurrir.
Más que las casas derrumbadas, el edificio colapsado de Concepción, los abuelitos sentados al lado de lo que era su casa, los niños llorando y la lancha arrastrada al centro de una ciudad, el ícono de este terremoto es el hombre de la bandera chilena. Ese que mientras buscaba sus cosas entre escombros, encontró nuestra bella bandera y posó para el fotógrafo que marcó este acontecimiento. Empeñoso, después de la tragedia buscando algo que salvar y así muestra su entereza. Le pongo color, pero es que es muy notable, muy del chileno.
Inmediatamente un país se enteró se organizó. Jóvenes voluntarios motivando a que todos nos unamos por levantar Chile. El "Chile ayuda a Chile" se organizó y se hizo en tres días. Así poco a poco hemos ido superando el drama nacional. La ayuda va llegando y nadie está fuera de esto. Universidades, iglesias, scouts, bomberos, juntas de vecinos, todos recolectando alimentos, útiles de aseos y ropa.
Es que Chile unido es muy bonito.
"Perdimos todo" se escuchó muchas veces y aún se escucha, porque este ha sido el tema constante durante toda la semana, y lo será durante unos meses más. Sin duda.
En las noticias se escuchaba decir "saqueos" y uno entre que entendía y entre que no, se preguntaba ¿están saqueando? Claro, porque entre tanta desgracia, no cabe que haya gente mal intencionada. Porque robar leche para alimentar a la guagua se entiende, pero a ¿quien alimenta una secadora, un plasma, unas botellas de cerveza?
La gente entró en desesperación, se entiende, pero ¿y el sano juicio? Esto no es mas que bandalismo. Ahora que creen que se va a acabar el mundo, solo piensan en sí mismos. Que inconciente. Y por esto llegaron los militares a la calle. Después de tantos años, aunque muchos no lo querían, pero entre tanto caos e histeria colectiva, se hace necesario.
Después de todo, los militares son los únicos temidos en este país de "achorados".
Los periodistas marcaron la nota alta. Recién terminado el festival y ya estaban en el sur informando a todos sobre las reales consecuencias. Si no fuera por ellos nadie tendría la real imagen de nuestro actual país. Día y noche informando, con esas caras de cansancio, sueño y también de miedo, porque mientras ellos trabajan informando, las réplicas continúan, y sus familias en Santiago esperando que nada terrible vuelva a ocurrir.
Más que las casas derrumbadas, el edificio colapsado de Concepción, los abuelitos sentados al lado de lo que era su casa, los niños llorando y la lancha arrastrada al centro de una ciudad, el ícono de este terremoto es el hombre de la bandera chilena. Ese que mientras buscaba sus cosas entre escombros, encontró nuestra bella bandera y posó para el fotógrafo que marcó este acontecimiento. Empeñoso, después de la tragedia buscando algo que salvar y así muestra su entereza. Le pongo color, pero es que es muy notable, muy del chileno.
Inmediatamente un país se enteró se organizó. Jóvenes voluntarios motivando a que todos nos unamos por levantar Chile. El "Chile ayuda a Chile" se organizó y se hizo en tres días. Así poco a poco hemos ido superando el drama nacional. La ayuda va llegando y nadie está fuera de esto. Universidades, iglesias, scouts, bomberos, juntas de vecinos, todos recolectando alimentos, útiles de aseos y ropa.
Es que Chile unido es muy bonito.
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